Dónde invertir según el ciclo económico

Como ya vimos en el anterior artículo, la economía puede fluctuar entre cuatro tipos de escenarios: crecimiento inflacionario o deflacionario, estanflación o recesión.

La clave es conocer qué activos funcionan mejor en cada escenario para tenerlos siempre en nuestra cartera de inversión y poder afrontar cualquier escenario futuro.

Crecimiento

Los períodos de prosperidad benefician a las empresas que se aprovechan del aumento en el consumo, lo que también es bueno para las acciones de esas empresas. Además, los bonos, funcionan bien durante la mayoría de los periodos de prosperidad, ya que normalmente los tipos de interés tienden a disminuir.

La dinámica de los bonos es simple: cuando los tipos de interés bajan, los precios de los bonos suben, y cuando los tipos de interés suben, los precios de los bonos caen.

Las acciones y los bonos generalmente funcionan bien, especialmente si las tasas de interés disminuyen y la inflación se mantiene moderada. En contraste, los períodos de prosperidad no favorecen al oro, ya que es un momento de inversión y creación en lugar de resguardo de valor. La demanda de activos que sirven como refugio es baja, lo que hace que el precio del oro disminuya.

A pesar de que el mercado inmobiliario también experimenta sus propios ciclos, se beneficia en un entorno próspero debido a la demanda industrial y empresarial de diversos tipos de propiedades. En general, el mercado inmobiliario, que incluye no solo viviendas, sino también hospitales, edificios públicos, hoteles, centros de datos, oficinas, etc. tiende a ser menos correlacionado con otros sectores. Esto se debe a su naturaleza de activos tangibles, lo que le permite mantener su valor más eficazmente durante periodos de inflación moderada que no afectan significativamente a las empresas.

En tiempos de prosperidad, los depósitos bancarios y bonos de corto plazo, así como el efectivo, son más o menos neutrales, aunque es importante tener en cuenta que pueden implicar la pérdida de oportunidades, ya que podrían haber generado ganancias si se hubieran invertido en acciones o bonos en este entorno.

Inflación

En épocas de inflación, tanto las acciones como los bonos tienden a tener dificultades, a menos que los bonos estén protegidos contra la inflación, como es el caso de los TIPS o los bonos indexados a la inflación. La inflación suele ser perjudicial para las empresas porque es impredecible y puede afectar negativamente a su rentabilidad. Los bonos también sufren en este entorno debido al aumento de las tasas de interés, como mencionamos anteriormente, lo que provoca que sus precios disminuyan. Por otro lado, el oro tiende a ser una inversión sólida durante los periodos de inflación, ya que históricamente ha mantenido su valor frente a la pérdida de poder adquisitivo causada por el aumento de los precios. En contraste, el efectivo se devalúa en términos reales durante la inflación, ya que con el tiempo, el dinero puede comprar menos cosas a medida que los precios aumentan.

¿Oro e inflación? Nadie los comprende…

La relación entre el oro y la inflación no se debe únicamente a una creencia mística o profecía auto cumplida. Este comportamiento, se basa en fundamentos sólidos:
  1. El oro es considerado dinero debido a sus propiedades físicas únicas, lo que lo convierte en un almacén de valor.
  2. Oro indestructible. A diferencia de otros elementos o abstracciones matemáticas, el oro no se deteriora con el tiempo y mantiene su valor
En momentos de inflación fuerte en la moneda local, las personas pueden buscar protección en otras divisas. Sin embargo, la mayoría de las monedas tienden a perder valor con el tiempo debido a la gestión de los bancos centrales. Las divisas de las economías más fuertes, como el dólar, pueden beneficiarse cuando otras monedas enfrentan crisis locales. Esto lleva a que el oro sea visto como un refugio seguro en momentos de inflación galopante. Además, los movimientos del oro están fuertemente influenciados por los cambios en las expectativas de tipos de interés reales y el precio de la energía. Más del 80% de los movimientos en el precio del oro están relacionados con estos factores. En momentos en que la economía está en dificultades y es necesario protegerse de la incertidumbre, el oro se convierte en un activo valioso.

Deflación

La deflación es una situación en la que los precios de los bienes y servicios disminuyen en lugar de aumentar, es decir, es lo contrario a la inflación. En este escenario, las acciones tienden a verse afectadas negativamente porque las empresas experimentan una disminución en las ventas y la rentabilidad. La deflación reduce la demanda de productos y servicios, lo que afecta negativamente a las ganancias de las empresas. El oro generalmente no se comporta bien durante la deflación, especialmente si está relacionada con una recesión. Además, el precio de la energía tiende a disminuir durante la deflación, lo que puede impactar en el precio del oro. El efectivo, en términos generales, es estructuralmente favorable durante la deflación, ya que permite comprar más con la misma cantidad de dinero. Sin embargo, no se considera un activo ganador en este escenario. Los bonos suelen beneficiarse durante la deflación, ya que los tipos de interés tienden a disminuir. Los bonos con vencimientos más largos y menor riesgo de impago suelen tener un mejor desempeño en este entorno. En resumen, la deflación afecta de manera negativa a las acciones y al oro, es estructuralmente positiva para los bonos y beneficia al efectivo hasta cierto punto. La deflación puede ser un entorno complejo que a menudo se asocia con recesiones y huidas hacia activos de mayor calidad.

Recesión

Las recesiones son periodos en los que la disponibilidad de dinero disminuye. Esto lleva a que las personas restrinjan sus gastos y, en algunos casos, intenten vender activos para obtener la liquidez que necesitan. Sin embargo, las recesiones tienden a ser de corta duración por dos razones:
  1. Los bancos centrales suelen intervenir inyectando liquidez en la economía para restablecer un nivel «normal» de dinero en circulación. Esto ayuda a poner fin a la recesión.
  2. Si los bancos centrales no inyectan liquidez, con el tiempo, la población se adapta a la nueva cantidad de dinero en circulación. Las empresas ajustan sus operaciones, las personas se acostumbran a un menor poder adquisitivo y, eventualmente, el consumo y la inversión se reanudan.
En resumen, aunque las recesiones pueden afectar negativamente a las inversiones y a la economía en general, tienden a ser de corta duración debido a la adaptación de la población y a las intervenciones de los bancos centrales. Las recesiones no suelen durar más de uno o dos años.

Resumen activos

Resumen de las principales clases de activos:

  • Acciones: Se desempeñan bien en tiempos de crecimiento económico, pero sufren en períodos de inflación, recesiones y deflación. A largo plazo, tienden a generar la mayor rentabilidad en una cartera.
  • Bonos de largo plazo y alta calidad crediticia: Favorecidos por el crecimiento económico, su principal contribución a la cartera ocurre en recesiones deflacionarias con caídas de tasas de interés. Se desempeñan peor en tiempos de inflación.
  • Oro: Responde a las alzas de tasas de interés reales y su precio aumenta cuando también lo hace la inflación. Puede brindar protección durante las recesiones, pero tiende a tener malos resultados en períodos de prosperidad o deflación.
  • Efectivo: Actúa como «pólvora seca» y es especialmente útil cuando el dinero escasea. Genera cierta rentabilidad cuando las tasas de interés suben, se aprecia en términos reales en situaciones de deflación, es neutral en momentos de fuerte crecimiento económico y se devalúa en casos de inflación.
Este diagrama (extraído del Libro: Principles de Ray Dalio) muestra los diferentes escenarios económicos y las clases de activos que suelen funcionar mejor en cada uno de ellos. También señala que los activos más alejados del centro son más volátiles y reaccionan de manera más brusca a los cambios en los escenarios económicos, ya sea en su favor o en su contra.

Ahora que ya conocemos donde podemos invertir según el ciclo económico, en el siguiente artículo vamos a plantear una cartera que los combine de manera equilibrada. Esto nos permitirá tener una cartera que esté muy bien diversificada y que nos proporcione un muy buen ratio rentabilidad-riesgo.

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