En el primer artículo vimos la importancia de diversificar tu cartera de inversión. Además, vimos que una una buena manera de conseguir esto para la gran mayoría de mortales es a través de fondos indexados globales.
En el artículo de hoy vamos a seguir profundizando en el concepto de Asset allocation y por qué es tan importante.
Asset allocation
La asignación de activos, también conocida como Asset Allocation, se refiere a la proporción en la que se distribuyen las clases de activos en tu cartera de inversión.
Las principales clases son acciones, bonos y efectivo. Además de estas, también se suelen considerar materias primas, como el oro, y el mercado inmobiliario.
Algunos ejemplos de carteras de inversion con diferentes repartos de activos son:
- Cartera 1: 100% acciones
- Cartera 2: 60% acciones + 40% bonos
- Cartera 3: 25% acciones + 25% bonos + 25% oro + 25% efectivo
La diversificación estructural consiste en identificar activos adecuados para cada escenario económico y asignarles un peso significativo en tu cartera. Esto les permite protegerte cuando sea su momento de brillar.
El asset allocation es tan importante, que de hecho, es más relevante que la propia selección de activos específicos dentro de cada categoría.
En la siguiente imagen puedes visualizar la «Tabla periódica de rentabilidades de activos» publicada anualmente por el Callan Institute. En ella, se muestran cuáles han sido las rentabilidades de cada tipo de activo. Si te fijas, cada año los resultados son diferentes, por lo que tener un asset allocation diversificado es crucial para tener siempre activos que funcionen bien.

Perfil de riesgo
Tu asignación de activos son los cimientos sobre los cuáles construyes tu cartera y debes decidirlo antes de ponerte a elegir en qué acciones o fondos concretos invertir. Para determinar tu asignación de activos, es fundamental tener claras tus metas financieras, tu horizonte temporal de inversión, y tu disposición a asumir riesgos y volatilidad.
Incluye acciones a tu cartera
Las acciones han demostrado un historial de rentabilidades sobresalientes en comparación con otros tipos de activos, por lo que se recomienda tener una presencia considerable de acciones en tu cartera.
Esto se debe a que las acciones, son uno de los activos más volátiles. Por lo general, al buscar mayor rentabilidad, mayores son los riesgos.
Pero… ¿Y si deseas alcanzar tus objetivos sin vivir sobresaltos en el camino? Recordemos que nuestro objetivo es dual: acumular un patrimonio significativo en el futuro y, asegurarnos de mantenerlo a lo largo del camino.
Incluye Bonos a tu cartera
Desde la perspectiva de pensamiento de inversión actual, un inversor equilibrado (siguiendo la definición de Benjamin Graham) debe controlar el riesgo asociado con sus inversiones en renta variable.
Para ello, debes decidir cuánta exposición a acciones puedes permitirte como máximo en tu cartera y luego utilizar bonos para completar el resto de la cartera.
Los bonos, también conocidos como «renta fija», son un instrumento financiero mediante el cual el prestamista (quien compra el bono) recibe intereses a cambio de dar un préstamo al prestatario (quien emite el bono). Tanto las empresas como los gobiernos emiten bonos para financiar sus proyectos y gastos.
Los precios de los bonos fluctúan según su calidad crediticia, plazo de vencimiento y las variaciones en los tipos de interés.
En general, la inversión en bonos es menos arriesgada que la inversión en acciones, lo que resulta en una rentabilidad potencial esperada inferior. Sin embargo, es importante tener en cuenta que ha habido períodos prolongados en los que la inversión en bonos ha superado a la inversión en acciones, por lo que descartarlos por completo no parece ser la opción más sensata.
Uno de los argumentos principales para incluir bonos en tu cartera es su tendencia a mostrar descorrelación con las acciones, lo que significa que tienden a comportarse de manera diferente: cuando las acciones suben, los bonos puede bajar y viceversa (aunque no siempre es así).
Ahora, veamos los resultados de las 3 carteras mencionadas al inicio del artículo (con datos desde 1972):

Una cartera pura de acciones (Cartera 1) puede llegar a obtener más rentabilidad, pero con muchísimo más de riesgo (caídas de hasta el 50%). Por otro lado, la Cartera 2, consigue reducir las caídas, aunque sigue habiendo escenarios con caídas del 37%. Por último, la Cartera 3 consigue optimizar más los resultados (consigue más rentabilidad ajustada al riesgo)
La verdadera diversificación implica invertir en activos que se espera que se comporten de manera diferente.
Acciones y bonos no es diversificación
Las carteras que se crean actualmente siguiendo las creencias de inversión actuales no están correctamente diversificadas. La típica cartera de inversión que solo tiene renta fija y renta variable, es una cartera que ignora por completo los escenarios inflacionarios.
La cartera tipo 2 combina únicamente acciones y bonos, como una «Cartera Bogle», en honor al famoso John Bogle. Los defensores de invertir en carteras de acciones y bonos están satisfechos, ya que estas carteras han tenido un rendimiento excelente en los últimos 40 años.
Sin embargo, los últimos 40 años representan un período económicamente inusual, caracterizado por un crecimiento sostenido y baja inflación, un escenario óptimo para la inversión. Los 40 años previos fueron muy diferentes, al igual que los anteriores a esos.
Por tanto, la pregunta que queda en el aire es: ¿cómo serán los próximos 40 años? Nadie lo sabe con certeza.

De hecho, si revisamos los últimos 120 años en el gráfico anterior, veremos que ha habido todo tipo de escenarios: crecimientos inflacionarios, shocks deflacionarios, etc. Por tanto, una cartera Bogle, hubiera estado periodos de 20 años sin ganar dinero (1900-1921, 1930-1950, 1960-1980).
Los inversores que invierten solo en acciones y bonos, están, tal vez sin darse cuenta, haciendo la siguiente apuesta: seguiremos teniendo crecimiento económico y una inflación moderada de forma perpetua.
Dado que nadie puede predecir el futuro, personalmente, considero que es un error ignorar los posibles escenarios económicos simplemente porque los inversores actuales no los han vivido. Eso es tener una visión miope de la inversión.
Por ello, soy partidario de crear una cartera de inversión que diversificada de verdad ante todo tipo de escenarios que puedan ocurrir en el futuro. En próximos artículos veremos diferentes tipos de carteras y qué papel juega cada activo.