¿Cómo funciona la economía?

¿Alguna vez te has preguntado cómo funciona la economía? En este artículo, te sumergirás en los conceptos clave del funcionamiento económico, desde el papel de los bancos centrales hasta los ciclos económicos. 

La «máquina de la economía» es un modelo que ayuda a entender cómo funcionan los mercados y la economía, propuesto por Ray Dalio, un influyente inversor, y su equipo en Bridgewater.

Comprender estos planteamientos proporcionará una base sólida para comprender los factores clave que influyen en los rendimientos de las clases de activos y, por lo tanto, la diversificación estructural.

A continuación, se presenta un resumen de las ideas clave, presentadas por Alex Shahidi, un discípulo de Dalio, en su libro «Balanced Asset Allocation».

El origen del ciclo económico

La economía es como una máquina en la que el dinero fluye de los compradores a los vendedores.

Los compradores intercambian su dinero por bienes, servicios y activos financieros, lo que representa la esencia de la economía: la suma millones de transacciones entre compradores y vendedores.

En resumen, una economía crece cuando estas transacciones son abundantes y se estanca cuando son escasas.

El concepto se complica debido a la capacidad de pedir dinero prestado. Con préstamos, los compradores pueden gastar hoy los ingresos del futuro, creando crédito de la nada. En este contexto, el gasto se puede entender como una combinación de dinero y crédito (Gasto = dinero + crédito).

Este apalancamiento permite que la economía crezca aún más, ya que los compradores pueden utilizar dinero y crédito para sus compras.

Cuando una persona utiliza crédito para gastar más de lo que podría con solo dinero, otros obtienen ingresos adicionales, lo que a su vez conduce a un mayor gasto, y así sucesivamente. La economía crece porque, en última instancia, es la suma de todas estas transacciones.

Bancos centrales y Tipos de interés

Los bancos centrales son instituciones financieras encargadas de proporcionar servicios bancarios y financieros al gobierno de un país o a un grupo de países, así como al sistema de banca comercial.

Son entidades públicas responsables de gestionar las divisas y su suministro. Juegan un papel crucial en la economía al intervenir para controlar sus procesos.

En términos generales, su objetivo es suavizar las fluctuaciones económicas. Muchos de ellos se centran en mantener la estabilidad de precios, y algunos también tienen la responsabilidad de promover el pleno empleo.

Los bancos centrales buscan evitar que la economía se debilite excesivamente, ya que una disminución en el gasto lleva a una caída en los ingresos (teniendo en cuenta que el gasto de una persona es el ingreso de otra). Esto puede desencadenar más recortes en el gasto, lo que crea un ciclo negativo.

Al mismo tiempo, los bancos centrales también quieren prevenir que los precios suban demasiado rápido, ya que una inflación descontrolada puede ser perjudicial para la economía.

Buscan un equilibrio, evitando tanto el exceso de calor como el exceso de frío en la economía. Para poder mantener este equilibrio, los bancos centrales utilizan principalmente el control de los tipos de interés a corto plazo.

Cuando la economía se debilita o la inflación es baja, pueden reducir los tipos de interés a corto plazo para estimular préstamos y gasto. Por otro lado, si la inflación es alta o la economía crece demasiado rápido, pueden aumentar los tipos de interés para enfriar el endeudamiento.

Ciclo económico

Normalmente, cuando hay tipos de interés bajos, aumenta la demanda de préstamos. Mientras que cuando hay tipos de interés más altos, la reducen. Esta relación explica el ciclo económico, que también podría denominarse ciclo de deuda a corto plazo.

El ciclo «estándar» sería de la siguiente manera:

  1. La economía se debilita, los bancos centrales reducen los tipos de interés, el crédito se expande, el gasto aumenta y la economía se recupera.
  2. Con el tiempo, la inflación se acumula y el ciclo se revierte: los bancos centrales elevan los tipos de interés, el crédito se contrae, el gasto disminuye, la economía se debilita y la inflación baja.

Estos ciclos suelen durar entre 3-7 años y son familiares para la mayoría de nosotros, ya que su frecuencia y duración relativamente corta hacen que los experimentemos varias veces en nuestras vidas.

Ciclo de deuda de largo plazo

Además del ciclo de deuda de corto plazo que vemos en funcionamiento, hay otro ciclo más amplio en el fondo de la «máquina» de la economía: el ciclo de deuda a largo plazo. Estos ciclos tienen una duración aproximada entre 50-70 años, y en cierto sentido, son el resultado de la acumulación varios ciclos económicos.

Cada vez que los bancos centrales bajan los tipos de interés, la deuda en el sistema aumenta. Cuando los tipos de interes suben, la deuda disminuye, pero no vuelve a su punto anterior. Por tanto, este proceso continúa una y otra vez con la acumulación de ciclos económicos hasta que, en algún momento, la cantidad de deuda en el sistema se vuelve demasiado alta para continuar creciendo.

Llegado a ese punto, surgen problemas para hacer frente a los pagos de la deuda. Los activos se deprecian, surgen dificultades para refinanciar la deuda y se llega a un punto en el que la solvencia se ve amenazada.

Inevitable, pero impredecible

Aunque esta secuencia puede parecer predecible en teoría, la realidad es mucho más compleja. Las fases no tienen una duración fija, pueden variar en duración, y en el corto plazo, el ciclo no siempre sigue una dirección fija y puede revertir repentinamente en cualquier momento.

Sin embargo, a medio plazo, estos ciclos generan niveles de deuda cada vez más altos, y en algún momento, el crecimiento a largo plazo se convierte en una crisis cuando aquellos que deben pagar la deuda no pueden hacerlo.

En tales momentos, solo hay tres formas de quitarse la deuda acumulada: el impago con deflación, la devaluación de la deuda con inflación o una combinación de ambas.

A pesar de esta comprensión del ciclo económico y de deuda, predecir con certeza cómo se será el futuro y cuándo ocurrirán los cambios en la economía es prácticamente imposible.

La historia nos ha mostrado que pocas personas anticiparon la gran crisis financiera de 2008. Entender esta incertidumbre nos lleva a cuestionar la capacidad de prever lo que sucederá en los próximos años.

Sin embargo, comprender la mecánica de la economía y los ciclos económicos puede ser valioso para los inversores. Esto implica reconocer que no sabemos exactamente qué sucederá y, en lugar de tratar de predecir el futuro, enfocarnos en la gestión de riesgos y la diversificación de carteras para adaptarnos a diferentes escenarios económicos.

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